Rubén Maldonado desautorizó al Diputado Radhamés González para convocar a la Comisión Especial que estudia el proyecto de ley de partidos, agrupaciones y movimientos políticos.
De igual manera, Maldonado consideró innecesaria la conminación que seis Diputados hicieron al presidente de dicha comisión, Henry Merán, para que convoque a la comisión especial.
En rueda de prensa realizada este lunes en su despacho, el presidente de la Cámara de Diputados dijo que tanto la actitud de González como la los seis Diputados que hicieron la misiva constituye un intento de sabotaje al normal desenvolvimiento de la institución legislativa.
Maldonado citó el artículo 135 del Reglamento de la Cámara de Diputados, el cual señala que la selección de los miembros de las comisiones especiales las hará al presidente de la institución legislativa, quien además indicará la persona que la presidirá, sin que en ningún caso hable de la existencia de un vicepresidente.
Maldonado indicó que al hablar de convocar a la Comisión Especial al margen de los mecanismos institucionales, el Diputado González se atribuye unas funciones que no tiene, por lo que utilizó las mismas vías para aclarar lo que al respecto establece el Reglamento de la Cámara. Maldonado expresó que la posposición de la reunión de la comisión especial se hizo con su consentimiento, y se tomó la medida para realizar nuevos contactos con el liderazgo político en procura de lograr el consenso necesario para la aprobación de la iniciativa legislativa.
Explicó que tomaron la decisión después de haber analizado las advertencias que el presidente del Junta Central Electoral, Julio César Castaños, hizo a los partidos políticos, y de escuchar al secretario general del Partido de la Liberación Dominicana, Reinaldo Pared Pérez, decir que las observaciones del organismo comicial serían objeto de un análisis por parte de la dirección peledeísta.
Maldonado llamó la atención de los Diputados peledeístas, señalando de manera reiterativa que desde su posición de presidente de la CD, ha auspiciado un clima de diálogo permanente en busca del consenso necesario para la aprobación de la ley de partidos.