Como cada día de Las Madres los Cementerios Cristo Redentor y Máximo Gómez fueron abarrotados por miles de personas que acuden allí a rendir tributo a sus difuntas progenitoras.

Aprovecharon la ocasión para elevar plegarias en familia, limpiar y pintar las tumbas y desyerbar el entorno de la última morada de su ser querido.

Representantes de funerarias repartieron aguas y velones, además de ambientar el lugar con música sacra, mientras las flores de las marchantas llenaban de color los camposantos.

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