El Gobierno dominicano expresó su profunda preocupación por la falta de respuesta de las Naciones Unidas ante la grave crisis humanitaria, de seguridad y política que afecta desde hace años a Haití.
Desde 2021, el gobierno dominicano ha instado a la comunidad internacional a responder al llamado de auxilio de las autoridades haitianas, reconociendo el impacto que esta crisis tiene en la región.
Por tanto, rechazan las declaraciones parcializadas y desafortunadas del Sr. O’Neill. En primer lugar, reiteran que cualquier diálogo con Haití está condicionado a la detención efectiva de la construcción unilateral e ilegal del canal en el río Dajabón.
La declaración conjunta del 27 de mayo a la cual se refiere el señor O’Neill se basó en esta condición, como lo confirmaron las declaraciones del ministro Roberto Álvarez el 31 de mayo de 2021 y su comunicación al canciller haitiano el 6 de julio de 2021, en la cual el ministro reiteró su llamado al diálogo bajo esa condición.
En segundo lugar, el Sr. O’Neill menciona el tema migratorio, que no guarda relación con el conflicto del canal. Como antes expresaron, en la respuesta al Sr. O’Neill el 29 de junio pasado, República Dominicana no es responsable de la situación interna en Haití y no es razonable que tengan que asegurar el bienestar social de los haitianos.
La situación interna de Haití no es óbice para la aplicación de la Ley General de Migración. El presidente Luis Abinader ha afirmado que «el problema de Haití ya no está en Haití, está en manos de la comunidad internacional», y esperan que esta actúe en consecuencia.
El Gobierno dominicano toma nota de la solicitud de dejar pasar ayuda humanitaria a Haití, pero reitera que la solución inmediata y definitiva de este problema está en manos de Haití, cuando decida poner fin a la construcción del canal.
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Asimismo, aclararon que es prematuro hablar de un arbitraje internacional cuando no hay un conflicto entre dos gobiernos, pues la crisis ha sido generada por actores particulares haitianos, oportunistas e irresponsables, sumado a la crisis humanitaria, de orden público y seguridad en Haití, que afecta la capacidad de su gobierno de imponer el Estado de derecho.
Enfatizaron el mensaje del presidente Abinader emitido el día de ayer: «La situación en nuestra frontera está bajo control. La población puede estar tranquila, ya que no hay amenazas para sus actividades diarias en todo el país. La paz y la seguridad en la República Dominicana están garantizadas».
Además, reiteran a la sociedad dominicana y a la comunidad internacional que este no es un conflicto entre dos pueblos, ya que ni los dominicanos, ni los haitianos desean la confrontación. Todos los pueblos desean vivir en paz. No buscan una confrontación, pero sí enfrentan a los incontrolables que generan inseguridad en Haití.
Por último, sostienen que la voluntad del Gobierno dominicano es buscar soluciones que garanticen la seguridad y protejan nuestros recursos naturales.
