Desde el primer día en que inició su gestión al frente del Ayuntamiento de Santiago, el alcalde Abel Martínez, al cumplir cinco años en el puesto no ha tenido vacaciones y se ha mantenido trabajando de forma ininterrumpida, llevando soluciones a los múltiples problemas que encontró a su llegada.

La situación de todo el municipio, era realmente catastrófica, por lo que Martínez tuvo que dedicarse a trabajar sin pausa para poder encarar los más acuciantes males que tanto afectaban al municipio, como regularizar la limpieza y la recogida de los desechos sólidos que se producen diariamente, establecer el orden, recobrar el esplendor de la ciudad y devolverle el orgullo a los santiagueros.

Santiago vivía cubierto de humo permanente, fruto del manejo inadecuado del Vertedero de Rafey, lo que causaba danos en la salud de los munícipes, los hospitales registraban altos niveles de personas afectadas por enfermedades respiratorias y una gran incidencia en leptospirosis por la presencia de ratas por toda la ciudad, además abundantes casos de dengue y otras afecciones.

Parques abandonados, cementerios sumidos en la inseguridad y el desorden, mercados desorganizados y sin ningún tipo de regulación, así como la desconfianza por parte de la población en esos centros de expendio, que una vez intervenidos devolvieron la confianza a la población, cuya salud estaba completamente amenazada

Abel Martínez, además de alcalde, se ha convertido en el principal y único supervisor de su propia gestión, labor que realiza todos los días, desde muy temprano en la mañana y hasta altas horas de la noche y nunca se acuesta sin tener un reporte completo del trabajo realizado por las distintas brigadas que trabajan para la ciudad.

 

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