La Organización de Naciones Unidas (ONU) anunció este viernes que prosperó el pedido de Bolivia de volver a formar parte de la Convención Única sobre Estupefacientes, un tratado de 1961 contra la producción y el tráfico ilegal de drogas.
La mayoría de los miembros de la Convención aceptaron la condición del país andino para ser readmitido: que se permita el cultivo de hoja de coca para ser masticado, una tradición ancestral conocida como acullico.
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Sólo 15 de los 183 estados miembros del tratado objetaron el reingreso de Bolivia bajo estas condiciones, entre ellos Estados Unidos, el Reino Unido, Rusia, Italia, Francia, Alemania, los Países Bajos y México (el único latino). Al menos un tercio del total (62) tenían que estar en contra para bloquear el pedido.
No obstante, el gobierno de Evo Morales no logró su propósito mayor: que la Convención deje de clasificar a la hoja de coca como una sustancia ilegal.
Fue en protesta por esta penalización que La Paz se retiró del tratado en 2011.
La ONU estableció que la producción de hoja de coca seguirá siendo ilegal, pero se hará una excepción dentro del territorio boliviano, aunque la coca no podrá ser exportada.
Muchos bolivianos celebraron el anuncio. Las organizaciones de cocaleros convocaron para el próximo lunes a una concentración masiva "de revalorización y defensa" del pijcheo (como se lo conoce en quechua), en Cochabamba, en el centro del país, y con la presencia del presidente.
Sin embargo otros relativizaron la importancia de esta decisión.
El analista político Carlos Toranzo dijo a BBC Mundo que ya en 1988 la Convención sobre Estupefacientes había permitido el acullico dentro del territorio boliviano, por lo que el reingreso es "volver a donde estábamos antes".
"Se está montando una gran parafernalia cuando en realidad no se logró nada", acusó.
BBC.