Tras serle revocado el arresto domiciliario el capitán Francesco Schettino, el hombre que iba al mando del Costa Concordia cuando el pasado 13 de enero ese macro-crucero naufragó frente a la costa de Toscana, es desde ayer un hombre libre. Libre, entre otras cosas de hablar, de conceder entrevistas.
A través de sus abogados el capitán Schettino -acusado de 30 homicidios, de naufragio, de abandono de incapacitados, de abandono de la nave y de falta de comunicación a las autoridades marinas- ya ha anunciado su intención de hablar, de explicarle al mundo su versión de los sucedido aquella noche trágica. Pasando por caja, eso sí.
La exclusiva será para aquellos medios, ya se habla de una televisión y de un revista, que más dinero pongan sobre la mesa. "En torno a 50.000 euros", según calculan los abogados del responsable del Costa Concordia. Aunque si en los próximos días llegan ofertas más jugosas, los representenates legales de Schettino se muestran dispuestos a estudiarlas "en interés de nuestro cliente".
Pero lo que tiene que quedar claro es que Schettino no va a abrir la boca si no hay remuneración. "Es inútil que los periodistas corran a Meta di Sorrento", asegura Paolo Bastianini, uno de los letrados de Schettino, en referencia a la localidad del sur de Italia en la que por imperativo judicial debe permanecer. "Schettino no saldrá de su casa y no hablará. Todo aquel que vaya, se encontrará con la puerta en las narices".
Fuente. El Mundo.es