Luego de ocho años padeciendo por el cúmulo de agua en la esquina de las calles  Padre Castellanos con Julio de Peña Valdez,  los vecinos del Espaillat protestaron este martes demandando solución al problema.

El cúmulo de agua y  lodo  es una de las secuelas que dejó la construcción de la segunda línea del Metro.

El hedor se expande por toda el área, al punto que los negocios de comida han perdido clientela.

El agua acumulada no solo causa inconvenientes para el paso de los peatones, que tienen que tirarse a las calles para evitar el lodo.

La protesta de este martes es el inicio de una jornada que pretende llamar la atención de las autoridades.

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