El ejército israelí bombardeó esta mañana la única central eléctrica de la franja. Las brigadas de bomberos estaban sobrepasadas. El ejército israelí dió de lleno en unos contenedores de combustible y en una maquinaria de producción de vapor. El fuego se ha propagado a la mayor parte de la instalación productora de electricidad que ha dejado de funcionar.

Si el miércoles pasado fue atacada por tanques, la destrucción ahora es total. Los equipos de extinción intentan que no todos los depósitos de combustible sigan explotando y ardiendo. Se acabaron incluso las pocas horas de luz que hasta ahora tenían al día los gazatíes.

El director de la central, Mohamed al Sharif explicaba ante las llamas: “Me gustaría decirle al mundo que se trataba de una central eléctrica humanitaria en tanto que servía a la gente, por lo tanto su existencia ayudó a la gente, a la vida, a los hospitales y a la vida normal, diaria de la población de Gaza”

La madrugada del martes fue una de las mas violentas desde que empezaron los ataques del ejército israelí. La mezquita de Gaza quedó destruida. Israel justificó el ataque argumentando que en el templo se ocultaban armas.

Un gazatí razonaba: “Son ya siete años de treguas y hostilidades que empiezan y acaban y que no nos han llevado a ningún sitio. ¡Que Israel haga la paz con el pueblo palestino o que no haga nada!”.

El ejército retomó los bombardeos y dejó una treintena de muertos palestinos solo la noche pasada. La desolación, falta de alimentos y penuria aumenta cada día.

Uno de sus proyectiles llegó a alcanzar la residencia del líder de Hamás, Ismail Haniye. El inmueble ha quedado reducido a escombros, pero según su familia, no había nadie en el interior en el momento del impacto.

Murieron cinco soldados de Israel en un tiroteo contra activistas palestinos que llegaron a territorio israelí a través de un túnel.

Fuente: Euronews

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