En el sector de Villas Agrícolas, intentan volver a la normalidad a diez días de ocurrida la explosión de la fábrica de plásticos Polyplas, que dejó ocho muertos y decenas de heridos.
Vecinos de los alrededores de Polyplas afirman que pasarán años hasta que puedan, superar el pánico, la impresión, consternación y horas de angustia que causó en la explosión el pasado cinco de diciembre.
Las Secuelas de la explotación también afectan a los animales, como es el caso de Lulú una perrita chihuahua, quien según cuenta su dueña se la pasa escondida desde el día del incendio.
Los residentes de los alrededores de la fábrica aun organizan sus hogares, mientras que otros cuyas casas quedaron destruidas sacan lo poco que pudieron salvar, para que la aseguradora inicie la demolición. Algunos se han mudado y otros que fueron desplazados por la explosión aún no regresan al sector.
En Villas Agrícolas fueron reabiertas las calles Aníbal de Espinosa y la 30 que habían sido cerradas desde que ocurrió la tragedia, una pared de zinc fue construida alrededor de la empresa donde continúa la recogida de escombros aunque no vimos ningún camión salir de la planta.
