La trabajadora humanitaria británica-iraní Nazanin Zaghari-Ratcliffe y Anoosheh Ashoori, también de doble nacionalidad, han regresado este jueves al Reino Unido después de pasar los últimos años en la cárcel del país persa.

Su liberación fue posible gracias a los avances alcanzados durante las negociaciones sobre el restablecimiento del pacto nuclear iraní en un momento cuando Teherán busca descongelar sus activos en el extranjero y liberar a los iraníes encarcelados en Occidente.

Zaghari-Ratcliffe, de 44 años, trabajaba para la organización benéfica Thomson Reuters Foundation, el brazo caritativo de la agencia de noticias que opera independientemente de Thomson Reuters y su subsidiaria Reuters, cuando la detuvieron en el aeropuerto de Teherán el 3 de abril de 2016, mientras se disponía a regresar al Reino Unido para reencontrarse con su hija de 22 meses tras visitar a sus padres en Irán.

Fue acusada de tramar un complot para derrocar al Gobierno iraní y de espionaje, acusaciones que rechazó, y pasó cinco años en la cárcel, después de lo cual estuvo bajo arresto domiciliario.

Mientras, Ashoori, de 67 años, fue detenido en Teherán en agosto de 2017. En 2019, lo sentenciaron a diez años de cárcel por cargos de espionaje y cooperación con el Mossad israelí, y a dos años más entre rejas por «adquirir riqueza ilegítima», según lo expresó la Justicia iraní.

Zaghari-Ratcliffe y Ashoori fueron liberados este miércoles y finalmente pudieron reunirse con sus allegados. «Felicidad en una imagen», escribió la hija de Ashoori, Elika, al compartir la foto conjunta en Twitter donde aparecen las dos familias.

De momento, en Irán queda otro detenido británico, Morad Tahbaz, que fue liberado de la cárcel y pudo reencontrarse con su familia, pero permanece en el país persa. La ministra de Exteriores Liz Truss, quien celebró el regreso de Zaghari-Ratcliffe y Ashoori, aseguró este jueves que el Gobierno seguirá trabajando «intensamente» para lograr su retorno al Reino Unido.

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