El polvo proveniente del desierto de Sahara continúa provocando altas temperaturas. Las partículas bloquean la formación de nubes lo que se traduce en calor y ausencia de lluvias. Especialistas de la salud advierten sobre posibles brotes infecciosos y deshidratación.

El cielo gris o grumoso nos alerta de que aun estamos siendo afectados por el polvillo arrastrado por la corriente de aire proveniente del desierto de Sahara. Las secuelas de calor que trae consigo continuarán incidiendo hasta mediado de la próxima semana.

Ginecólogos, pediatras y cardiólogos recomiendan a la población adoptar medidas ante el calor que este año atacó antes de lo habitual.

En tanto, la ciudadanía busca diferentes fórmulas para combatir el calor.
La sensación térmica y enfermedades que se desprenden de ella son más agobiantes en países como este en donde la energía eléctrica y el agua potable brillan por su ausencia en muchos sectores.

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