El presunto sicario y narcotraficante Juan Félix Cordero (alias Copelín), encontrado muerto junto a otros dos en un cañaveral de Yaguate en San Cristóbal, fue asesinado por un hombre de su confianza en una finca que habría pertenecido al teniente coronel Johan Liriano, asistente del anterior director de la DNCD.
 
Según declaraciones del vocero de la policía Jacobo Mateo Moquete, el presunto sicario oriundo de la Romana y sobre quien pesaban más de 50 crímenes fue asesinado en esta casa por un individuo identificado solo como “Maestrico”, hombre de su entera confianza.
 
Fue éste quien se comunicó por teléfono con el sargento mayor Luis Sepúlveda y el chofer Abraham de los Santos, a los que pidió ayuda para que les remorcara la camioneta enchivada en donde transportaban el cadáver de Copelin. 
 
Narró que la casa en donde se perpetró el crimen está ubicada en un finca del paraje El Porquero en San Cristóbal, la cual fue propiedad del teniente coronel Johan Liriano, asistente del anterior director de la DNCD, quien la habría vendido hace 4 meses a Lorenzo Guzmán Martínez. Este a su vez la arrendó al tal Maestrico.
 
El oficial había sido separado de la DNCD por su actual incumbente Julio Cesar Souffront y recomendada su cancelación por parte de la policía. Liriano fue el mismo que se enfrentó a los periodistas que cubren las incidencias del aeropuerto Las Américas por alegadas informaciones en su contra y estaba siendo investigado por lavado de activo.
 
El caso continúa abierto a fin de atar los cabos sueltos, por el mismo están siendo investigadas 7 personas.
 
 
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