El ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, intervino hoy en el Primer Foro Diplomático, un encuentro organizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores con el objetivo de relanzar la diplomacia dominicana y reorganizar el servicio exterior.
El ministro comenzó su intervención afirmando que comenzaba una transformación que cumpliría “la promesa de Danilo Medina de darle al pueblo dominicano el cuerpo diplomático profesionalizado, eficaz, y atento a sus intereses que se merece.”
El ministro pasó a hablar de la importancia de que el servicio exterior se guíe por metas claras, que den respuesta a dos necesidades esenciales de lo que es una diplomacia moderna. Primero, garantizar los derechos de los dominicanos que viven en el exterior. Y segundo, promocionar el país como destino de inversiones, de turismo y como socio comercial.
Citando la necesidad de que el servicio exterior supere “la cultura de la improvisación”, Montalvo explicó que se han identificado 10 metas que harán posible lograr esos dos objetivos principales.
Estas metas están relacionadas a la reforma institucional del Ministerio de Relaciones Exteriores y su Instituto de Educación Superior en Formación Diplomática y Consular (INESDYC), al fortalecimiento la carrera diplomática, a una mayor asistencia a la diáspora dominicana, así como al establecimiento de mecanismos efectivos de transparencia pública, entre otras.
La décima meta es fortalecer el diálogo y la integración regional y global de la República Dominicana, especialmente enfocados en la relación con nuestras naciones hermanas del Caribe y Centroamérica” dijo el Ministro, en referencia al proceso de integración en el SICA, o los acuerdos recientemente suscritos con Puerto Rico.
Montalvo pasó entonces a detallar la forma en la que la integración en el Sistema de Metas Presidenciales será útil al personal del servicio exterior, facilitándoles la gestión de cada meta, y manteniéndoles en contacto con el resto de funcionarios que trabajan por lograr los mismos objetivos.
Montalvo reconoció que “La ciudadanía dominicana ha observado, y frecuentemente criticado, la existencia de una cancillería sobredimensionada en sus recursos pero poco clara en sus objetivos”.
Pero también señaló que: “Tenemos la oportunidad de demostrar que la diplomacia puede traer beneficios reales a nuestra ciudadanía. Y con ello, que los diplomáticos y diplomáticas se ganen la confianza y el respeto de nuestra gente”.