LA PAZ. Con un multitudinario masticado de coca en varias ciudades, el gobierno de Evo Morales y los cultivadores de esta planta celebraron ayer la readmisión de Bolivia a la Convención Única Sobre Estupefacientes, confirmada por Naciones Unidas el viernes, y que supone el reconocimiento de dicha práctica dentro el territorio nacional.
 
Las mayores concentraciones de cocaleros se vieron en Cochabamba y La Paz. Desde muy temprano, los cultivadores celebraron el tradicional pijcheo o acullico (masticado de la hoja), marcharon por las calles, regalaron bolsas con este producto a los transeúntes y se reunieron en populares mitines, de los que participó el presidente a la mañana en Cochabamba y a la tarde en La Paz.
 
Morales calificó la medida como un triunfo ante el “imperio”,refiriéndose a Estados Unidos, y que de ahora en adelante la hoja de coca no será más vista como un “veneno” ni los cocaleros como “narcotraficantes”. También aclaró que no sólo se logró legalizar el masticado de la hoja, sino también su cultivo.
 
Morales, durante la concentración en La Paz, citó como un ejemplo sobre el uso contradictorio de la coca el caso del norte argentino, donde su consumo está permitido pero no su comercialización. Lo hizo en presencia del embajador de ese país, Ariel Basteiro, quien participó del encuentro y fue aplaudido por los miles de movilizados en la histórica Plaza Villarroel.
 
Bolivia retornó el viernes pasado a la Convención de las Naciones Unidas de 1961 con la reserva de despenalizar el masticado de coca, prohibido por ese tratado.
 
De los 183 países miembros de la ONU, sólo 15 objetaron la reserva planteada por el gobierno de Morales, entre ellos Estados Unidos, Rusia, Canadá, Inglaterra, Alemania, Italia, Holanda, Suecia y Finlandia.
 
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