Eran dos los asaltantes, con chalecos antibalas, vestidos de negro y usando botas tipo militar, los que irrumpieron en una residencia y asaltaron a la familia que compartía una parrillada con invitados.

Aun nerviosa, Rosalina Batista cree que los malhechores, saltaron a través de sus paredes y sin usar la violencia física contra la familia y sus invitados, les convidaron a entregar todo cuanto poseían de valor.

Los hombres, se llevaron más de 300 mil pesos en pesos y dólares, además de prendas preciosas y aparatos celulares.

Aunque no usaron la fuerza, usaron palabras amenazantes contra el hijo de 12 años de la pareja, a quien le advirtieron que no levantara su cabeza, sino se la volarían de un disparo.

 La frase tiene al pequeño nervioso y con imposibilidad de conciliar el sueño.

 En la zona, los atracos son parte del diario vivir. Igual de traumática fue la experiencia para una vecina, que recordó lo que a ella y su familia le ocurrió.

En nuestro requerimiento de información, el departamento de información de la región Cibao Central de la Policía, no había recibido informes sobre el hecho, pese a que la familia hizo la formal denuncia.

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