El tradicional desfile militar del este 27 de febrero fue matizado por la salida del escenario del locutor José Osvaldo Cepeda y Cepeda, quien se desmayó en medio de la narración. Fue necesario sacarlo en ambulancia del lugar.
Por suerte el desfile ya estaba terminando y el micrófono fue tomado por un locutor emergente.
Desde temprano se notaba la lentitud y la monotonía en que había caído el desfile, que siempre es animado con vigor por el diestro locutor.
La parada militar inició a las cinco en punto con la llegada del presidente y los honores de rigor.
Juan Encarnación Gómez, cadete de cuarto año leyó de inmediato la orden del día.
Una guardia mixta presentó el trabuco de Mella, a esto le siguió la caballería con los colores patrios en sus patas.
Los cazadores de la Loma llegaron con sus caras pintadas, mientras helicópteros y supertucanos irrumpían en el aire.
Unidades caninas, lanchas rápidas, y los paracaidistas, pero esta vez en tierra fueron de los atractivos de la tarde. El desfile terminó con el paso de los Linces y sus acrobacias.

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