El embarazo en la adolescencia sigue siendo un grave problema social y una retranca en el propio desarrollo de la menor embarazada.
Abandonar la escuela, agudizar la crisis económica de su familia y desistir de los juegos y las fiestas propias de su edad fue lo que tuvo que hacer una jovencita convertida en madre desde sus 15 primaveras.
Aunque se siente bendecida con el fruto de su vientre, recomienda a las demás jóvenes no cometer su mismo error.
De igual forma los embarazos no planificados y a temprana edad afectan al joven padre cuando decide enfrentar su realidad.
En el país existen programas de apoyo a adolescentes embarazadas como el que lleva a cabo la Maternidad La Altagracia, en donde reciben orientación psicológica y orientación de cómo cuidad el bebe.
Es una situación que preocupa al centro, ya que el 28 % de los partos que allí se practican el año pasado corresponden a menores de edad, siendo el 17 por ciento de las muertes por parto que allí se registran.
Los embarazos en la adolescencia además de ser un mal social constituyen un problema de salud.
Espera que con los planes del Gobierno en materia de educación, salud y asistencia social se ponga freno a esta problemática que afecta el desarrollo de estas menores.
