Cuando estamos inquietos, estresados, pasamos por un mal momento, sufrimos episodios de ansiedad, depresión, etc. tendemos a provocarnos una serie de tics.

Aunque no suelen ser comportamientos muy graves, si no se llega a la obsesión, se tendrían que intentar minimizar porque a la larga tienen consecuencias más severas.

Morderse las uñas

Este tic nervioso también conocido como onicofagia suele afectar a las uñas de los dedos de las manos. Es un problema que empieza en la niñez, pero suele afectar más durante la adolescencia.

Si se vuelve un hábito adictivo, las consecuencias más graves que pueden causar son:

Deformación en las uñas  las uñas serán más pequeñas, frágiles y finas, además de tener un tamaño irregular.

Inflamación de la piel  la piel de alrededor de la uña se inflama y cambia de color a un tono más rojizo y oscuro.

Aparición de heridas el morderse repetitivamente y de forma intensa puede provocar heridas dentro y alrededor de la uña.

Infecciones  la zona de uñas mordidas se puede infectar por virus, hongos o bacterias.

Daños en las encías  puede alterar la forma de los dientes y provocar daños en las encías.

Aunque es difícil y las personas tienen que hacerlo por voluntad propia, podría ayudar revistiendo las uñas con un esmalte o producto amargo.

Otra opción también sería vendar los dedos con esparadrapo para obstaculizar esa zona, y así evitar morder.

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