El portavoz de los bomberos anunció este martes, poco antes de las 10.00, que el incendio que destruyó gran parte de la catedral Notre Dame de París estaba totalmente «apagado». El Gobierno francés dice que el origen del incendio «no es criminal» y que se desconoce «cómo resistirá la estructura» del templo. La Fiscalía de París ha abierto una investigación por destrucción involuntaria.
Por su parte, el cuerpo de bomberos trabajó durante la noche de este lunes para preservar los dos campanarios y asegurarse de que las torres no fuesen afectadas.
Sin embargo, el portavoz de los bomberos indicó que una parte de la bóveda se derrumbó en la nave central y que este martes un centenar de bomberos estará movilizados a lo largo del día para apagar los focos residuales aún existentes.
La corona de espinas y la túnica de San Luis, piezas clave del llamado tesoro de Notre Dame, fueron salvadas durante el incendio. Otros relicarios de gran valor, como el fragmento de la Cruz del Calvario y uno de los clavos que sirvieron para fijar a Cristo, también escaparon a las llamas. El tesoro fue trasladado al Ayuntamiento de París, situado cerca de Notre Dame, y tendría que ser transportado al Museo del Louvre.
El Ayuntamiento de París ha anunciado el desbloqueo inmediato de 50 millones de euros, mientras que la presidenta de la región de París, Valérie Pécresse, anunció otros 10 millones de los fondos de emergencia “para que las obras más urgentes puedan comenzarse rápidamente”, dijo en una visita matutina a la catedral.
Patrick Palem, experto en restauración, sostiene la cabeza de una de las estatuas que formaban parte de Notre Dame y que se quitaron para su restauración. A pesar de la magnitud del incendio que devastó la techumbre de la catedral, muchas obras pudieron salir intactas de Notre Dame gracias a la acción de “una cadena humana”, en palabras de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, compuesta por los bomberos, los agentes de seguridad, el equipo del arzobispado y los técnicos del Ministerio de Cultura francés.
El presidente del país, Emmanuel Macron, ha prometido la reconstrucción del templo y ha anunciado una colecta de fondos. El grupo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), del empresario Bernard Arnault, ha anunciado la donación de 200 millones para la reconstrucción de la catedral, así como el magnate François-Henri Pinault, uno de los grandes mecenas del arte francés, y su padre, François, que donarán 100 millones.