BOGOTA, Colombia (AP) — En momentos en que Colombia está cerca de sellar la paz con las FARC, el presidente Juan Manuel Santos jugó en las últimas horas una carta para tratar de atraer a alguien que le ha sido más difícil que la propia guerrilla: su antecesor Álvaro Uribe, quien gobernó de 2002 a 2010.

El martes Santos reveló que le envió una misiva a Uribe, su principal contradictor político en el país, en la que lo invitó a la reconciliación.

«Yo también quiero tener esa reconciliación con todo el mundo, incluyendo al ex presidente Uribe», dijo Santos desde el departamento de La Guajira, en la costa Caribe colombiana.

Según el gobernante, «decidí escribirle esta carta (a Uribe) para invitarlo, desde el fondo de mi corazón, a que nos ayude, con su indiscutible liderazgo y sin abandonar su independencia crítica, a aprovechar la oportunidad única de paz que se abre a los colombianos y producir así el cambio que nos lleve a un futuro mejor para todos, en especial para las nuevas generaciones».

Un alto funcionario de la Presidencia, que exigió el anonimato por no estar autorizado para hablar públicamente del tema, le dijo a la AP que sin desconocer que Uribe es un personaje importante en la política del país, Santos considera que la reconciliación tiene que hacerse con todos los colombianos y que por eso le envió la carta.

Tras destacar las bondades que según él traerá para Colombia la firma de la paz con la guerrilla, como que ésta dejará el narcotráfico y la minería ilegal, los secuestros y la extorsión y entregará sus armas a Naciones Unidas, Santos hizo hincapié en que no habrá impunidad para los autores de graves crímenes de guerra, como lo alega constantemente Uribe.

Finalmente Santos le expresó a Uribe su disposición de reunirse con él.

No se conoció una respuesta inmediata de Uribe a la carta del mandatario.

Ya en el pasado el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño o «Timochenko», invitó a Uribe a dialogar, pero éste rechazó la propuesta.

Santos fue ministro de Defensa de Uribe entre 2006 y 2009 y su llegada a la Presidencia en 2010 se debió en gran parte al apoyo del otrora gobernante.

Pero las relaciones entre Uribe y Santos llevan varios años en alta tensión al punto de que pareciera que sus diferencias son irreconciliables.

Adicionalmente Uribe es el principal crítico del gobierno de Santos y del proceso de negociación que su administración adelanta en La Habana con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para tratar de poner fin a más de medio siglo de hostilidades entre las partes.

Tras los acuerdos entre el gobierno y las FARC del 23 de junio sobre un cese bilateral y definitivo del fuego y la entrega de armas por parte de los rebeldes, el 60% de los encuestados en un sondeo Gallup consideró que Santos y esa guerrilla van a llegar a un acuerdo final durante 2016. Hace poco más de dos meses esa percepción solo alcanzaba el 28%.

La encuesta, con un margen error de más o menos tres puntos, fue realizada del 21 de junio al 2 de julio pasados a 1.200 personas en las cinco principales ciudades del país.

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