Cientos de personas luchaban ayer por salir de la estación de subte Pinheiros de San Pablo, sin conseguir evacuar el andén y llegar a la única vía de escape: una escalera mecánica. La densa aglomeración produjo desmayos y peleas, en medio de un griterío ensordecedor. La escena, que asustó al fotógrafo que la registró con su celular, es una de las tantas vividas desde hace dos días por los paulistanos, como consecuencia de una huelga de choferes de ómnibus por mejoras salariales que paraliza la ciudad.

A sólo 21 días de la inauguración del Mundial, prevista para el 12 de junio en el estadio Itaquerao de la capital paulista, esta ciudad sufre una ola de paros y manifestaciones que han provocado nuevos records en congestiones de tránsito.

Ayer también pararon sus actividades los agentes de la policía civil en siete estados provinciales de Brasil; tres de ellos con sedes mundialistas: Río de Janeiro, Belo Horizonte y Salvador de Bahía. Pero la medida no tiene impacto directo en la seguridad ciudadana, ya que ese sector policial está dedicado a tareas de investigación y de recepción de denuncias.

La capital paulista, que será sede del primer partido de la Copa, Brasil-Croacia, recibirá numerosas celebridades, no sólo brasileñas.

Hay al menos 20 jefes de Estado y de gobierno que ya planificaron su viaje a Brasil durante la competencia internacional. Quien ya confirmó su visita a esta ciudad es el príncipe británico Harry, interesado en acompañar el juego de su selección contra Uruguay.

De allí el temor que albergan las autoridades, tanto del estado como del municipio, respecto del caos que generan las huelgas y manifestaciones en las calles de una ciudad de por si caótica.

Ya se decidió decretar feriado los días de juego; algo que, en teoría, debería liberar el transporte público y tornar más fluido el tránsito de automóviles.

Pero distintas organizaciones juveniles y sociales alertaron que van a salir a la calle y bloquearán los puntos de acceso al nuevo estadio Corinthians-Itaquera. La huelga de ómnibus demostró que los gremialistas no tendrán miramientos con los turistas que lleguen a esta ciudad.

Esto pone entre paréntesis el éxito que podrá tener una de las actividades más aguardadas por la población: la “Fan-festa” financiada por la FIFA en el valle de Anhangabaú. Ese lugar céntrico tendrá una pantalla gigantesca que permitirá asistir a los partidos a quienes no tuvieron la suerte de conseguir entradas, es decir los sectores populares.

La prensa paulistana tituló ayer, a propósito de las marchas y los paros que atormentan a los habitantes de esta ciudad: “La Copa tal como ella es”. Para los medios brasileños, el desorden de estos días es una muestra de lo que acecha a los turistas extranjeros. El flujo de viajeros debe acelerarse en la primera semana de junio.

Ayer, el secretario de Transporte de la municipalidad de San Pablo, Jilmar Tatto, acusó a los choferes de provocar “una guerrilla”. En una reunión con el secretario de Seguridad Pública del estado paulista, Fernando Grella, el colaborador del intendente Haddad sostuvo que “hombres armados” interceptaron los ómnibus que no habían plegado al paro. Obligaban a los pasajeros a descender y se apropiaban de las llaves de contacto.

El titular de la cámara de propietarios de ómnibus, Francisco Christovam, pidió al secretario de Seguridad que instrumente un apoyo de la policía militar para permitir la normalización del tránsito. Hasta anoche, los choferes y cobradores de boletos bloqueaban las terminales de autobuses para impedir la salida de las unidades a las calles.

Fuente: Clarín

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