Cuando aún no bajaron las aguas por el supuesto espionaje de Estados Unidos al celular de la canciller Angela Merkel, personalidades de la política, la cultura y el deporte de Alemania se pronunciaron a favor de otorgar asilo político al ex técnico de la CIA Edward Snowden en un artículo que publicó ayer el semanario alemán “Der Spiegel”.

Snowden entregó esta semana a un diputado verde alemán una carta en la que se ofrece a dar información sobre su ex empleador. Pero no lo quiere hacer en Rusia, sino en Alemania y con la perspectiva de recibir protección duradera.

“Alemania debiera otorgarle asilo de cualquier manera”, opinó el director de cine Volker Schlondorff. “Habría que hacerlo por sola gratitud por lo que hizo por nosotros”, lo secundó la directora de teatro Nike Wagner.

“Las dictaduras alemanas del siglo XX nos enseñaron los peligros de colectar grandes cantidades de información sin control público. Por ello, Alemania está predestinada a ofrecer refugio a un informante que dio pistas a la opinión pública sobre la forma y la dimensión de la enorme recolección de datos”, sostuvo el escritor Daniel Kehlmann.

El presidente de la liga alemana de fútbol, Reinhard Rauball, criticó los “considerables perjuicios a los derechos humanos” que causa el espionaje y elogió la actuación “desinteresada” de Snowden.

Snowden se ofreció a brindar información sobre las prácticas de espionaje de Estados Unidos. El gobierno de Berlín respondió que su testimonio sería bienvenido, si bien no necesariamente en territorio alemán.

Meses atrás se desató un debate sobre la opción de dar asilo a Snowden, pero pronto quedó claro que nadie quería tener problemas con Washington, tampoco los alemanes.

Pero la situación cambió.

Pero ahora, nuevas revelaciones, especialmente aquella de que también fue interceptado durante años el teléfono móvil de Merkel, nutrieron la desconfianza hacia al gran socio transatlántico.

Berlín demuestra interés en las informaciones del antiguo analista norteamericano y ablandó su resistencia inicial a que hable con representantes germanos. Pero quiere hacerlo en Moscú. Berlín afirma que la posibilidad de traerlo a Alemania para que declare es complicada. Los alemanes tendrían graves problemas con Estados Unidos y podrían irse olvidando del tratado de no espionaje que negocian en la actualidad.

Fuente: Clarín.

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