En un esperado discurso en horario de máxima audiencia, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, explicó que es importante darle una oportunidad a la propuesta diplomática rusa de poner el armamento químico de Siria bajo control internacional, si bien dijo que todavía es muy pronto para determinar si ese proyecto será exitoso.
Obama aclaró que les pidió a los líderes del Congreso que pospongan el voto sobre la intervención en Siria mientras se sigue ese camino diplomático y dijo que las fuerzas militares mantendrán sus posiciones actuales para continuar con la presión y responder si falla la diplomacia.
 
"Es en interés de la seguridad nacional de EE.UU. responder al uso de armas químicas por el régimen de Asad a través de un ataque militar dirigido", dijo.
También explicó que hablará con Rusia y con China para intentar establecer una resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (que ha estado maniatado por las diferencias entre países), que lleve al gobierno sirio a entregar y destruir su armamento químico.
El discurso de Obama es parte de lo que ha sido bautizado como "un bombardeo mediático" para hacer llegar su mensaje a la mayor cantidad de estadounidenses, recuerda el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Thomas Sparrow.
 
Este lunes y como parte de esa misma estrategia, el presidente realizó entrevistas individuales con seis cadenas televisivas estadounidenses.
 
Los 17 minutos que habló el presidente de EE.UU. no revelaron, en esencia, nada que no se supiera o intuyera de antemano.
Obama recalcó sus principales posturas -que ha defendido una y otra vez en todo tipo de arenas- y aseguró que es importante intentar la vía diplomática, sin descartar las presiones militares contra Siria.
 
"Cualquier acuerdo debe verificar que el régimen de Asad respete sus compromisos", expresó Obama. "Pero esta iniciativa tiene el potencial de retirar la amenaza del uso de armas químicas sin uso de la fuerza".
 
Lo que sí cambió en comparación con otras apariciones públicas del mandatario fue el tono: familiar, sencillo, lleno de detalles, con referencias históricas y alusiones directas a los televidentes, explica nuestro corresponsal.
 
Esto es claramente intencional: las seis entrevistas televisivas del lunes y este discurso en horario de alta audiencia han tenido el objetivo claro de llegar directamente a los hogares estadounidenses, tocar las fibras íntimas de un país que, a juzgar por el común de las encuestas, se ha mostrado reacio a adoptar su plan para Siria.
El presidente tiene eso muy presente y por ello utilizó este discurso para hablar de algunas de esas dudas. No en vano dedicó una buena parte de sus 17 minutos al aire a responder lo que él dijo eran cartas que había recibido con preguntas.
 
Éstas van desde el regreso a una nueva guerra tras las experiencias de Irak y Afganistán, hasta los peligros de una represalia, pasando por la idea de que EE.UU. no debe ser el policía del mundo.
 
Puede que con sus declaraciones y especialmente con ese tono intencional de esta noche, Obama haya logrado disipar algunas inquietudes, pero todavía es difícil determinar si la ofensiva mediática del presidente le permitirá conseguir los réditos que necesita para salir del embrollo en que se encuentra por cuenta de su línea roja sobre Siria.
 
BBC Mundo
 
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