En medio de un ambiente marcado por cortes de calles, basura en llamas, histeria en Twitter, bombas lacrimógenas y al menos 8 muertos y 137 heridos, el gobierno venezolano anunció una importante reforma económica que generó cierto optimismo en los mercados financieros.
Se trata de una ventana de oxígeno al riguroso control cambiario que desde hace más de una década impide que se compren libremente divisas dentro de Venezuela.
Su nombre: Sistema Complementario de Administración de Divisas II, mejor conocido entre los venezolanos como el Sicad II.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el miércoles en la noche la reforma como parte de la promulgación de la Ley del Régimen de Administración de Divisas e Ilícitos Cambiarios que permitiría a empresas y particulares acceder a al dólar estadounidense.
El mecanismo –Siicad II- consiste en autorizar a personas en Venezuela la compra a través de su operador bancario de bonos de la deuda venezolana en el exterior, denominada en dólares. Algo llamado el «dólar permuta».
Luego, tras el pago de una comisión al operador, el comprador puede obtener las divisas en su cuenta en el exterior o mantener, si así lo quiere, el bono en su propiedad apostando a una revalorización de su cotización.
«Es una reforma fundamental. El tema cambiario es algo que ha venido poniendo serias trabas y hasta que no se resuelva esto no se van a resolver los problemas económicos», señaló a BBC Mundo el analista financiero Asdrúbal Rivas.
El primer anuncio de Maduro sobre el tema generó rápido optimismo en los mercados, aunque este viernes surgió cierta incertidumbre.
Se esperaba que la ley fuese publicada oficialmente y que el vicepresidente para el área económica, Rafael Ramírez, diese una rueda de prensa explicándola. Ninguna de las dos cosas ocurrieron.
No obstante, desde el interior del gobierno afirman que la reforma sigue en pie y que será a inicios de la semana que viene que entre en efecto.
«Hasta que no esté publicada (la nueva ley) y la veamos firmada, no será claro el procedimiento», dice Rivas
«Pero hay dos cosas claves que tendría (el marco legal): lo primero es que Petróleos de Venezuela participaría en el permuta; y lo segundo es que se deroga la anterior Ley de Ilícitos Cambiarios», agregó.
La inclusión de la estatal petrolera venezolana implica que una buena parte de los al menos US$42.000 millones que espera recibir en 2014 la compañía por exportaciones de crudo entrarían a este mercado.
Esto, para varios economistas, garantiza que hay algo de oferta de divisas que mantenga el valor de compra venta de este «dólar permuta» relativamente contenido.
Pero además permite que muchas de las empresas transnacionales que necesiten repatriar ganancias a su casa matriz –algo complicado en este momento- se efectúen con algo más de celeridad.
La legislación –que Maduro puede promulgar desde que el año pasado la Asamblea Nacional le cedió facultades para emitir leyes- derogaría también la criminalización de las ventas de divisas entre particulares.
«Ya no serían ilegales estas transacciones por las que hasta ahora incluso se podía ir preso. Eso de por sí es un avance», indicó Rivas.
Tanto la falta de divisas en los procedimientos de compra como la criminalización de operaciones particulares han hecho que en el último año el valor del dólar no oficial se encuentra en un monto 10 veces superior.
Un viajero que solicite dólares al organismo gubernamental que los autoriza debe pagar 11,70 bolívares por cada divisa. Una empresa que importe productos denominados «prioritarios» como alimentos o salud, debe pagar 6,30 bolívares por dólar.
En el mercado negro el valor –que es aún ilegal publicitarlo públicamente en el país- puede rozar los 90 bolívares por dólar.

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