La República Islámica iraní ha anunciado esta madrugada, por boca de su ministro de Exteriores, su intención de reducir «parcialmente» sus compromisos «voluntarios» con el acuerdo nuclear de 2015, renqueante desde que EEUU retirase su firma el año pasado, y decidiera reimponer sanciones, que están golpeando severamente a la población iraní.

A primera hora del miércoles, el presidente Hasan Rohani se ha dirigido por televisión a los iraníes para explicarles su decisión. Según ha dicho, Irán suspenderá su compromiso de vender los excedentes de uranio enriquecido y agua pesada, cuando estos superen los límites de almacenamiento precisados por el pacto nuclear.

Irán da 60 días al resto de signatarios; Rusia, Reino Unido, Francia, Alemania y China, a quienes ha comunicado su decisión mediante una carta transmitida a sus embajadores en Teherán para que cumplan con sus compromisos pertinentes, en materia bancaria y de importación de crudo. De no ser así, ha añadido Rohani, Irán podría recurrir a otras medidas, como incrementar el porcentaje de enriquecimiento de uranio por encima del 3.5%, que exige el pacto atómico, y reformar instalaciones críticas como la planta de Arak. «Irán regresará a sus compromisos cuando se cumplan sus demandas», ha sentenciado el Presidente.

El ministro Mohamed Javad Zarif ha insistido, justo al aterrizar en Rusia, que la decisión de su país no supone su retirada del pacto, sino que se trata, de acuerdo con la agencia oficial IRNA, de una «oportunidad para que los otros firmantes adopten medidas concretas y no emitan meros comunicados«.

«Las futuras acciones de Irán encajarán plenamente [en el acuerdo nuclear», ha enfatizado. «La Unión Europea y otros, lamentablemente, no han tenido la capacidad de resistir la presión de EEUU».

Para justificar la contramedida, que llega justo cuando se cumple un año de la retirada de Washington del acuerdo, Zarif ha mencionado los epígrafes 26 y 36 del pacto. En el primero se formula que «Irán ha dejado constancia de que considerará una reintroducción o reimposición de sanciones […] como un fundamento para cesar sus compromisos» con el acuerdo atómico «parcial o totalmente». El 36 hace referencia al mecanismo de arbitraje al que uno de los firmantes puede recurrir en caso de considerar que una parte no cumple con sus compromisos.

La decisión de Irán busca una reacción sólida del resto de signatarios, principalmente de la Unión Europea, para que tomen medidas concretas para que el país pueda beneficiarse económicamente del cumplimiento del acuerdo, algo que las sanciones y la presión de EEUU están impidiendo. Desde el retorno de las sanciones, empresas europeas de referencia se han retirado del mercado iraní, la moneda se ha devaluado rápidamente y la inflación ronda el 30%. El iraní de a pie es el más perjudicado.

Las contramedidas de Irán, por lo tanto, satisfacerán a los más recalcitrantes en casa, pero también alimentarán el discurso de Estados Unidos, que en las últimas horas asegura que existe una amenaza «inminente» de Irán a sus intereses. El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, ha viajado por sorpresa a Bagdad en la madrugada del miércoles. Pompeo, que para ello canceló un encuentro de alto nivel en Alemania, ha subrayado allí que los aliados locales de Irán – posiblemente milicias chiítas aliadas de la Guardia Revolucionaria – están «incrementando su actividad» y suponiendo una amenaza «muy específica».

En reciprocidad, Teherán había respondido la designación de los Guardianes de la Revolución como «terroristas» considerando al Mando Central militar de EEUU en la región «grupo terrorista».

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