Un informe detallado de la autopsia del niño español Gabriel Cruz revela que el menor murió una hora después de ser secuestrado por su madrastra, la dominicana Ana Julia Quezada.

El pequeño fue asfixiado poco después de que la entonces pareja de su padre y autora confesa del crimen se lo llevara a la finca familiar de Rodalquilar, en la provincia de Almería (sur de España). La casa se encuentra a 3 millas de la vivienda de la abuela paterna, en la localidad de Las Hortichuelas, donde se le vio por última vez.

Según publica el diario La Voz de Almería, Gabriel murió asfixiado entre una y dos horas después de comer. Las conclusiones de esta segunda autopsia realizada por el Instituto Toxicológico de Sevilla confirman la información preliminar del Instituto de Medicina Legal de Almería, donde se llevó a cabo un primer análisis del cuerpo. Los investigadores determinaron que Gabriel Cruz falleció el mismo día de su desaparición, el 27 de febrero, y apuntaron como causa de la muerte asfixia.
Ana Julia Quezada declaró ante las autoridades que fue el niño quien intentó agredirla primero con un hacha y que tras arrebatársela, lo golpeó. Luego, la mujer sostuvo que se asustó y acabó asfixiándolo. Después, escondió el cuerpo y tiró su ropa a un vertedero. 

En su auto de ingreso en prisión, el titular del Juzgado de Instrucción 5 de Almería, el magistrado Rafael Soriano, sostiene que “resulta presuntamente incuestionable la participación” de Quezada en la muerte del menor y asegura que de su comportamiento “se infiere una malvada voluntad dirigida especialmente a asegurar la comisión del crimen”.

Indica que, como parte de ese “macabro plan criminal”, la autora del crimen intentó imponer una coartada en la que se colocó haciendo labores de pintura en la finca de Rodalquilar, en Níjar, y que Quezada actuó supuestamente para tratar de “despistar a los agentes de la autoridad que practicaban la búsqueda” hasta encontrar el “momento” de poder “hacer desaparecer el cuerpo”.

El juez instructor destaca que la mujer enterró su cuerpo sin vida en un “hoyo que previamente había hecho con una pala” y luego quiso deshacerse del cadáver en un invernadero.

Concluye para remarcar las “abrumadoras pruebas contra ella” son que no solo “ella misma ha reconocido el luctuoso suceso” sino también las intervenciones acordadas judicialmente y las pruebas recopiladas por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.

El juez ha ordenado una nueva tanda de testificales en el marco de la causa abierta por la muerte violenta del niño y ha llamado a comparecer en sede judicial a diez personas, entre los que se encuentran algunos familiares del pequeño.

Por su parte, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, prometió a los padres de Gabriel Cruz la «máxima celeridad y precisión» por parte de la Guardia Civil para concluir la investigación de este caso.

«Nosotros vamos a poner todo de nuestra parte. La Guardia Civil está poniendo todo de su parte para que todas las pruebas que quedan por completarse estén para que cuanto antes pueda resolverse este asunto que ha amargado para siempre su vida», ha dicho durante su intervención en la clausura de la Junta Directiva del PP de Almería.

Fuente: El Nuevo Día

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