El presidente francés, Francois Hollande, se encuentra en la capital estadounidense para una visita de Estado de tres días que pretende resaltar la mejoría en las relaciones bilaterales y que tendrá un fuerte componente económico.

Entre los eventos programados están una visita de los dos mandatarios a la residencia del expresidente estadounidense Thomas Jefferson -un declarado francófilo- así como una reunión en el Despacho Oval y una cena de gala en la Casa Blanca.

Está previsto que Hollande y Obama discutan sus posiciones en las negociaciones para un acuerdo sobre el programa nuclear de Irán, así como las situaciones de seguridad en Siria y varios países africanos.

También se espera que los dos mandatarios discutan la recuperación económica de la eurozona, así como los esfuerzos para lograr un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (conocido como T-TIP).

Según explica el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Thomas Sparrow, se trata de la primera visita de Estado de un presidente francés a Estados Unidos desde el viaje de Jacques Chirac en 1996, así como la primera que alberga el presidente estadounidense Barack Obama en su segundo mandato. La más reciente había sido la del presidente surcoreano en 2011.

Las relaciones entre ambos países han mejorado ostensiblemente desde cuando Francia se negó a apoyar la invasión estadounidense de Irak durante el mandato de George W. Bush y ambos presidentes lo reconocieron en un artículo de opinión conjunto que publicaron en los diarios The Washington Post y Le Monde.

Francia se ha convertido recientemente en uno de los aliados más importantes de Washington gracias al rol francés en crisis africanas como la de Mali, su posición sobre el programa nuclear iraní o su disposición de acompañar a Washington en una acción militar contra el régimen sirio de Bashar al Asad.

Pero la visita, recuerda Sparrow, también se enmarca en las dificultades que tienen ambos mandatarios a nivel local: Obama ha tenido problemas para aprobar su agenda en un Congreso ampliamente dividido, mientras los índices de aprobación de Hollande apenas rondan el 20%.

Eso sin contar la muy pública separación de Hollande y Valerie Trierweiler, que obligó a la Casa Blanca a destruir y reimprimir las invitaciones a la cena de gala.

Hollande también viajará a San Francisco para reunirse con los directores de varios gigantes de Silicon Valley, como Facebook, Twitter y Google.

Fuente: BBC Mundo

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