Una persona murió y 600 más resultaron heridas en Filipinas durante una procesión religiosa a la que asistieron por lo menos un millón.

Hubo una aglomeración de gente que intentaba echarle un vistazo a una estatua de Jesús cargando la cruz, que era llevada por las calles de Manila.

La icónica estatua, el Nazareno Negro, fue llevada a Filipinas por misioneros católicos en 1606 y se cree que tiene poderes místicos.

Se esperan multitudes más grandes en Manila para la visita del Papa, la próxima semana.

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