Trece personas, incluyendo siete hombres de la milicia estadounidense Wolverine Watchmen, fueron arrestados por un presunto complot para secuestrar a la gobernadora de Michigan y atacar el edificio del capitolio estatal.

El grupo conspiró para secuestrar a la dirigente demócrata Gretchen Whitmer antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, según una declaración del FBI publicada este jueves.

“Nuestros esfuerzos descubrieron planes elaborados para poner en peligro las vidas de los agentes de la ley, los funcionarios del gobierno y el público en general”, dijo el fiscal general de Michigan, Dana Nessel, en una conferencia de prensa para anunciar los cargos.

El director del FBI Christopher Wray dijo durante las audiencias del Congreso en septiembre que su agencia estaba investigando a extremistas locales violentos, incluyendo supremacistas blancos y grupos antifascistas.

Wray dijo que la mayor parte de las investigaciones eran a grupos de supremacistas blancos.

El grupo de seis personas que se enfrentan a cargos federales -Adam Fox, Barry Croft, Ty Garbin, Kaleb Franks, Daniel Harris y Brandon Caserta- arriesgan cadena perpetua si son condenados por los cargos de intento de secuestro de Whitmer, dijo Birge.

“Fox y Croft en particular (…) discutieron la detonación de dispositivos explosivos para desviar a la policía del área de la casa, y Fox incluso inspeccionó la parte inferior de un puente de la autopista de Michigan en busca de lugares donde colocar un explosivo”, dijo Birge, refiriéndose a la planificación para atacar la casa de Whitmer.

Birge dijo que la policía arrestó a varios de los supuestos conspiradores “cuando se reunieron en el lado este del estado para juntar fondos para explosivos e intercambiar equipo táctico”.

La gobernadora Whitmer ha sido blanco de cuestionamientos y protestas por sus esfuerzos para hacer cumplir las medidas de distanciamiento social relacionadas con el coronavirus.

El FBI descubrió a uno de los acusados diciendo que Whitmer “no tiene ningún tipo de control y equilibrio”. Y en la denuncia citó uno de sus comentarios: “Tiene un poder incontrolado en este momento. Todas las cosas buenas deben llegar a su fin”.

Por Nathan Layne y Gabriella Borter (Reuters)

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