Jim Wyss, corresponsal en jefe del Miami Herald para la región andina, fue detenido el jueves por las autoridades venezolanas mientras hacía un informe sobre la escasez de productos en el país y las próximas elecciones municipales, se supo ayer.

Wyss, quien habían viajado a Venezuela para cubrir los comicios municipales de diciembre, seguía anoche bajo custodia.

Según fuentes locales, Wyss fue detenido por la Guardia Nacional y transferido la dependencias de la Dirección General de Inteligencia Militar (Dgim), en San Cristóbal, Táchira.

“Estamos muy preocupados”, manifestó Aminda Marqués Gonzalez, editora ejecutiva del Herald.

“No parece haber ninguna razón para su detención y estamos tratando de entender qué es lo que está pasando.

Estamos pidiendo que Jim Wyss sea liberado inmediatamente”, agregó.

Los editores del Miami Herald estuvieron casi todo el día de ayer hablando con varios funcionarios del gobierno de Venezuela para garantizar que sea liberado.

Pero de acuerdo a periodistas en San Cristóbal, Wyss sigue preso.

“Yo pude verlo y parecía estar bien, pero las autoridades no nos dejaron acercarnos. Nos corrieron del lugar”, explicó Lorena Arraiz, una periodista del diario E l Universal, de Caracas, que está investigando el incidente.

“Pero ya hace más de 12 horas que está ahí adentro y aún está bajo custodia”, explicaba la periodista ayer por tarde desde su cuenta de Twitter.

Según Arraiz, Wyss permanece en la oficina de Inteligencia Militar en San Cristóbal.

Según el Miami Herald, funcionarios del ministerio de Información de Venezuela (MinCi) no hicieron ningún comentario sobre la detención del periodista.

La relación del gobierno venezolano con la prensa es, al menos, nefasta, signada por el cierre de medios hasta la detención de periodistas pasando por un caso de censura cada cuatro días.

De hecho, organizaciones de medios en Venezuela denunciaron ante la CIDH un incremento sustancial de los casos de censura informativa en el país el último año y las acciones del gobierno para “criminalizar” a periodistas o dificultar su trabajo, un extremo negado por los representantes estatales de Caracas.

Fuente: Clarín.

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