El ex presidente francés Jacques Chirac, un hombre que impregnó la política de su país y demostró olfato y practicidad suficiente para moverse con soltura en una Europa fragmentada, fue condenado ayer a dos años de prisión en suspenso por el delito de malversación de fondos públicos durante su etapa como alcalde de París, a comienzo de los años 90. Se trata de una sentencia histórica, ya que es el primer ex presidente de la V República condenado por corrupción.
 
El ex jefe de Estado de 79 años, que eludirá la pena de cárcel por ser su primera condena y por la edad que tiene, no asistió ni al juicio ni a la lectura del fallo porque un informe médico determinó que sufre problemas neurológicos “severos” e “irreversibles” .
 
Chirac fue un símbolo del establishment político francés durante décadas. Algunos lo consideran el heredero de Charles De Gaulle.
 
No sólo se mantuvo como presidente durante 12 agitados años – de 1995 a 2007–, sino también supo ejercer como secretario de Estado, ministro de diferentes carteras y primer ministro del Estado francés. Al lado de hombres como Georges Pompidou, Valery Giscard d’Estaing y François Mitterrand aprendió a deslizarse en los laberintos políticos y a escabullirse de sus trampas. Pero no pudo escapar de este juicio a la distancia, cuando la vida lo encuentra abatido y enfermo .
 
Los cargos por los que fue condenado se remontan a la época en que Chirac era alcalde de París, entre 1990 y 1995. Las imputaciones como “malversación de fondos públicos”, “abuso de confianza” y “adquisición ilícita de intereses”, se refieren concretamente a que en esa época dio trabajo en la alcaldía a 28 amigos del partido conservador Agrupación para la República –RPR, en sus siglas en francés–, que él había formado. A costa de las arcas públicas pagó salarios altos a personajes que no trabajaban y se dedicaban a la actividad política. Escándalos de una época en que el nepotismo era tolerado como si se tratara de una especie de delito entre caballeros.
 
“Jacques Chirac no cumplió la obligación de integridad que tienen las personas públicas encargadas de gestionar los fondos o los bienes que se les confía”, sostuvo el tribunal en su sentencia, que cifró el desvío de fondos en 1,4 millones de euros. Los jueces justificaron su sentencia poco severa por la “antigüedad de los hechos”, la “ausencia de enriquecimiento personal” por parte del ex mandatario y por “la edad y el estado de salud” del acusado.
 
El escándalo también salpica a otras personalidades, como el entonces mano derecha de Chirac y hoy ministro del Exterior, Alain Juppé, quien anteriormente fue condenado a 14 meses de libertad condicional. Chirac eludió durante años el juicio, ya que disfrutaba de inmunidad como presidente. Recién comenzó la acción penal cuando perdió ese beneficio.
 
Los medios franceses cuentan que, además, tenía protección política. El RPR, agrupación predecesor del actual partido gobernante UMP de Nicolas Sarkozy, acordó con la administración parisina el pago de 2,2 millones de euros para que no se presentara como querellante y así evitar que avanzara el juicio. Por eso todos esperaban que saliera ileso del juicio. Y lo hubiese logrado de no haber sido por una organización anticorrupción que se mantuvo implacable durante el proceso y logró imponerse con pruebas.
 
Horas después del fallo, el ex mandatario difundió un comunicado donde rechazaba “categóricamente” el veredicto. Pese a la “pena y a la profunda tristeza que ha infligido este veredicto, tristemente ya no tengo la fuerza necesaria para liderar el combate por la verdad ante nuevos jueces ”, sostuvo. “Por encima de todo, afirmo mi honor: no puedo ser culpado de nada. Dejo el juicio a mis compatriotas, que saben quién soy: un hombre honesto que nunca tuvo otro deseo que la unidad del pueblo francés, la grandeza de Francia y la acción en favor de la paz”, finalizó.
 
El presidente Nicolas Sarkozy no quiso valorar el fallo y sólo emitió un comunicado donde recuerda el “compromiso constante de Jacques Chirac al servicio de Francia, que sigue valiéndole la estima de los franceses ”. En cambio el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, que perdió las presidenciales de 2002 contra Chirac, dijo que la sentencia era la prueba de que Francia “estuvo presidida durante 12 años por un delincuente”.
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