Debe haber pocos animales más odiados que una rata. Cualquier otra ciudad del mundo intentaría exterminarlas, pero en la ciudad holandesa de Rotterdam, el mayor puerto de Europa y vía de tránsito de decenas de grandes buques al día, las ratas se preparan para luchar contra el crimen de la mano de los agentes de la policía.
 
Después de dos años de entrenamientos en detección de drogas, explosivos, residuos de pólvora, sangre y varias sustancias químicas, la policía ha puesto en marcha un sistema de detección de sustancias ilegales en el que participa un grupo de cinco ratas que, según los agentes, tienen un porcentaje de acierto del 95%. Una de ellas del 98,8%.
 
El nuevo cuerpo policial, por ahora experimental, debería empezar a trabajar de forma ordinaria a principios del próximo año.
 
La idea de entrenar a las ratas para detectar sustancias ilegales o armas la tomaron del trabajo que ya hacen las ratas en algunos países africanos, como Tanzania, donde han servido para detectar minas antipersonas. Las ratas son perfectas para la labor porque saben encontrar las minas sin que su peso fuera suficiente para activarlas.
 
Los roedores, de la familia de las ratas pardas, bautizadas como Magnum, Poirot, Derrick, Jansen y Janssen (en honor a personajes de ficción), no pueden acercarse a sospechosos. Su trabajo consiste en oler ropas u objetos que la policía considera que podrían haber estado en contacto con sustancias ilegales, armas o explosivos.
 
Un agente lo explicaba así al semanario alemán "Spiegel": "Si hay un tiroteo y se detiene a varios sospechosos, para hacer los análisis de balística y residuos de pólvora necesitamos elementos químicos, microscopios, empleados cualificados. Todo eso conlleva al menos dos horas. Las ratas hacen lo mismo en dos segundos".
 
Las ratas, después de los dos años que llevan entrenando, responden a órdenes de los policías y, según sus preparadores, están listas para ser usadas en investigaciones policiales.
 
Pero el objetivo no es que sustituyan a los perros, porque no pueden ponérselas encima a los detenidos ni llevarlas a la escena de un crimen. Aún así, la policía de Rotterdam considera que facilitarán y abaratarán el trabajo de sus laboratorios.
 
La velocidad en el análisis de pruebas es vital para la policía holandesa, porque su ley no le permite mantener a nadie detenido más de seis horas sin presentar una acusación formal ante un juez.
 
Falta por saber si la Justicia va a aceptar los análisis efectuados por los roedores como pruebas válidas en un juicio. Por el momento no es así y la policía reconoce que antes de ir a un juicio tiene que realizar análisis adecuados en un laboratorio.
 
El próximo paso es acelerar el entrenamiento de las ratas mediante una máquina que será controlada por un ordenador, porque muchas ratas no viven más allá de tres años y ahora mismo necesitan dos años de entrenamientos.
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