HONG KONG (AP) — China criticó duramente el lunes una manifestación en Hong Kong en la que se lanzaron huevos y se pintaron mensajes en el exterior de su oficina en el territorio, acusando a los manifestantes de violencia y sin mencionar un agresivo ataque contra civiles y activistas esa misma noche.

Un grupo de activistas atacó el domingo la oficina de enlace con el gobierno chino en Hong Kong después de que más de 100.000 personas marcharan por la ciudad para reclamar reformas democráticas y una investigación sobre el uso de la fuerza por parte de la policía para dispersar protestas anteriores.

Las acciones de los manifestantes fueron “intolerables”, según indicó el diario oficial People’s Daily en un editorial de portada.

Más tarde el domingo, varios manifestantes que intentaban volver a casa fueron atacados en una estación de metro por agresores que parecían buscar específicamente a manifestantes a favor de la democracia. Al menos 45 personas resultaron heridas, 22 de las cuales seguían hospitalizadas el lunes por la mañana. Un hombre estaba crítico, según la Autoridad Hospitalaria.

La jefa del gobierno hongkonés, Carrie Lam, tachó de “infundadas” las acusaciones de que la policía había colaborado con los agresores.

Otras 14 personas resultaron heridas cuando la policía empleó gases lacrimógenos para dispersar a la gente en el centro de la ciudad. La policía dijo en sus cuentas en medios sociales que los asistentes les habían lanzado ladrillos y bombas incendiarias, y que atacaron la comisaría central.

El ataque a la oficina de enlace tocó una fibra sensible en China. El emblema nacional chino, colocado ante el edificio, quedó manchado con tinta negra. Fue sustituido por un nuevo en cuestión de horas.

El Ministerio chino de Exteriores indicó el lunes que el comportamiento de “algunos manifestantes radicales” en Hong Kong “tocó la línea de flotación del principio de ‘un país, dos sistemas’ y no debe tolerarse”.

En una conferencia de prensa rutinaria, el portavoz del Ministerio, Geng Shuang, condenó el vandalismo contra la oficina, que representa en Hong Kong al gobierno central que dirige el Partido Comunista Chino en Beijing.

El concepto de “un país, dos sistemas”, según el cual se devolvió a China la excolonia británica en 1997, permite a Hong Kong mantener un cierto grado de autonomía en asuntos locales. Los manifestantes temen que el gobierno proBeijing en Hong Kong esté erosionando sus derechos y libertades.

Un grupo de legisladores proChina celebró una conferencia de prensa el lunes pidiendo el fin de la violencia, y afirmaron que es un golpe a la reputación de Hong Kong, además de asustar a turistas e inversionistas.

Por su parte, la legisladora prodemocracia Claudia Mo dijo que era “más que evidente” que la tríada, una forma de crimen organizado en Hong Kong, estaba implicada en las agresiones a manifestantes.

La creciente crisis ha alimentado el temor a que el Ejército chino de Liberación Popular pueda intervenir.

El analista militar y oficial retirado Yue Gang dijo que se enviarían tropas al territorio si fuera necesario.

“Mancillar el emblema nacional chino es como actuar como enemigo de los 1.300 millones de personas chinas”, afirmó Yue. “Hay que detenerlos”.

Por su parte, Hu Xijin, editor jefe del nacionalista Global Times, advirtió en contra de la intervención militar.

“Si el Ejército de Liberación Popular ayuda a estabilizar la situación, Hong Kong se beneficiaría de la ley y el orden, pero la opinión pública no lo aceptará”, escribió Hu en un comentario publicado en Weibo, un popular servicio chino de microblogs. El público, señaló, “acusará a Beijing de socavar el ‘un país, dos sistemas’”.

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Los periodistas de Associated Press Ken Moritsugu y Yanan Wang, el reportero de video Wong Wai-bor y la investigadora Shanshan Wang en Beijing contribuyeron a este reportaje.

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