En un acto en la Casa Rosada, sede del poder ejecutivo argentino, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner repudió el envío británico de un barco a las islas Falklands/Malvinas y afirmó que su país denunciará en la ONU la "militarización" británica del Atlántico Sur.

"Están militarizando el Atlántico Sur una vez más, no podemos interpretarlo de ninguna otra manera", dijo Fernández. "El Canciller (Héctor Timerman) presentará ante la Asamblea General de la ONU esta militarización de las islas por parte de Inglaterra".

Ante un grupo de opositores y veteranos de la guerra de 1982, Fernández añadió que desclasificará el informe Rattenbach.

Se trata de un documento clave de la guerra y cuyo contenido será analizado por una comisión que incluye a funcionarios públicos y al coronel Benjamín Rattenbach, hijo del general que escribió el informe.

La presidenta, que aseguró que las acciones británicas eran una amenaza a la seguridad internacional, le pidió al primer ministro de Reino Unido, David Cameron, que le "dé una oportunidad a la paz".

"Malvinas ha dejado de ser una causa de los argentinos para transformarse en una causa global", dijo la mandataria.

La cancillería británica emitió un comunicado en respuesta a las declaraciones de la presidenta argentina en el que señaló que "los habitantes de las islas Falkland son británicos por elección propia. Son libres de determinar su propio futuro y no habrá ninguna negociación con Argentina sobre la soberanía a menos que sean los isleños quienes así lo decidan".

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