Imaginen un futuro en el que un cubano en La Habana use su tarjeta American Express para comprar en Netflix su serie de televisión favorita, la que descargará a su iPhone nuevo, para disfrutarla luego, tal vez mientras esté viajando a Florida en un crucero de fin de semana de la línea naviera estadounidense Carnival Cruise.
¿Ciencia ficción? No del todo, si uno se atiene a los comunicados emitidos en las últimas semanas por varias reconocidas firmas comerciales estadounidenses acerca de sus planes, concretos y no tanto, para iniciar sus operaciones en Cuba.
Muchos dudarán que una situación como ésta alguna vez se presente, teniendo en cuenta las sustanciales limitaciones que enfrentan la mayoría de los ciudadanos cubanos para tener acceso a servicios como el internet de banda ancha o las tarjetas de crédito.
Y, por supuesto, muchos creyentes en el socialismo desearán que nunca se llegue a esa situación, en la que la sociedad cubana se sumerja del todo en el consumismo de las firmas estadounidenses.
Pero lo cierto es que, al tiempo en que funcionarios de Washington y La Habana se reúnen este viernes en la capital estadounidense, muchas grandes compañías han dicho que aprovecharán la liberalización de las relaciones bilaterales para entrar a un mercado hasta el momento vedado.
Aunque todavía, en su mayoría no ofrecen detalles de cómo o cuándo se concretará esa actividad.
BBC Mundo le recuerda algunos de los anuncios hechos hasta ahora en ese sentido
American Express
American Express fue una de las primeras en anunciar sus intenciones de operar en Cuba.

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