Agencias:- Cuando los Rockies ordenaron a Julio Carreras que dejara de jugar con los Gigantes, el pasado jueves, el torpedero monteplatense llevaba 17 bases robadas en 28 partidos, colíder del campeonato con Vidal Bruján (Estrellas). Es la cantidad que necesitó el colombiano Tito Polo para llevarse el liderato del torneo pasado, en 40 choques, también con los potros.

Desde el torneo 2014-2015, cuando Junior Lake se estafó 21, ningún jugador alcanza la veintena. Ni pensar en el récord de la liga, las 44 de Miguel Diloné en la edición 1976-77.

Pero la tasa de robo se ha disparado a su nivel más alto desde el torneo 2007-2008, el último que la Lidom registra los totales en su página web. Los equipos se han combinado para hurtar 2.3 almohadillas por encuentro, un dato que ha repercutido en la fabricación de carreras. 

Se trata de un salto importante al compararse con el curso pasado (entonces  la media fue de 1.7) cuando ya se produjo un incremento con relación a 2021-2022 (1.5). En el trayecto evaluado, solo en el torneo 2012-2013 se alcanzó la media de las dos (2.0).

El aumento llega en un torneo donde la Lidom introdujo los cambios que hizo la Major league Baseball; bases más grandes que reducen hasta en 4.5 pulgadas la distancia entre primera/segunda y segunda/tercera. El ajuste se tradujo en un aumento de un 41% de los robos en el Gran Circo.

Antes de la jornada del martes los equipos totalizaban ya 249 robos cuando se habían disputado 103 juegos de un calendario que comprende 150. La zafra anterior, cuando el formato regresó a los 150 encuentros por primera vez desde 2019-2020, los clubes se combinaron para robarse 261.

Share.

Leave A Reply

Exit mobile version