TOKIO (AP) — Una cayó sin atenuantes. La otra se tuvo que retirar por un problema de salud mental.

De un modo u otro, los Juegos Olímpicos se quedaron sin dos de sus grandes atracciones el martes cuando Naomi Osaka y Simone Biles se despidieron de la justa sin haber aportado ni la sombra de lo que se esperaba de ellas.

Biles llegó a Japón como la figura más emblemática del olimpismo de Estados Unidos, llamada a ser la estrella más luminosa de estas justas.

Por la noche, Biles se retiraba de la final de equipos de la gimnasia artística cuando en su primera salida ejecutó mal un salto del potro y consideró que no se encontraba con las condiciones mentales óptimas para seguir compitiendo.

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