Entre campanadas y aplausos salió esta tarde por las calles de la zona colonial La Virgen de la Altagracia, en una procesión que la devolvió a su santuario de la iglesia ubicada en la calle Hostos.
El punto de partida fue la Catedral Primada de América pasadas las cinco de la tarde, cuando el sol dejaba sentir sus últimos reflejos.
Delante la banda de música de la Marina de Guerra interpretaba acordes sacros, que se confundían con las alabanzas y victorees de los cientos de feligreses que fueron adorar a la santa.
La procesión recorrió la Padre Billini, Palo Hincado y se detuvo frente al altar de la patria, donde se leyó un documento de salutación, pero que no se limito a ese fin, sino que tocó con mucha sutileza el tema haitiano, y los ataques que recibe el país por el trato que se le brinda.
Cuando terminó el ritual frente a la Puerta del Conde tomaron Las Mercedes. En ese trayecto se veía el cansancio de la feligresía, pero iban contentos, no importaba la dolencia, o las limitaciones físicas, igual iban contentos.
Es el caso de doña Carmen Encarnación. Asiste cada año, y tiene razones de sobra para hacerlo.
El recorrido continuó, y al filo de las siete de la noche volvió la virgen a su santuario de la iglesia de La Altagracia, donde el Nuncio oficio una misa para despedir el día de celebración.

Share.

Leave A Reply

Exit mobile version