Todavía está consternada la localidad de Banegas Abajo de Villa González en Santiago, de donde eran oriundos los dos jóvenes haitianos cuyos cuerpos decapitados y descuartizados fueron encontrados en el cruce de Estancia del Yaque, luego de que ambos desaparecieron la tarde del pasado domingo.
Están intactas en la casucha donde dormían, las pertenencias de Jid y Job Caseus, los muchachos haitianos de 26 y 28 años de edad, masacrados a tiros y luego descuartizados en las inmediaciones de un pequeño río de Estancia del Yaque.
La policía, tiene detalles limitados sobre lo ocurrido con los jóvenes la tarde del pasado domingo cuando según sus familiares salieron de trabajar en una finca alrededor de las 3 de la tarde.
Aquí en Banegas, donde la mayoría de casuchas alberga a nacionales haitianos, el hecho atemorizó a quienes, incluso dominicanos, dolió el desenlace cruel que apagó esas vidas.
Y necesario fue censurar la declaración de este último, cuando explicaba que también a Jid, el más joven de las víctimas, le destrozaron su ano con un objeto punzante de madera.
Se sienten discriminados, amenazados e inseguros, en un país donde dicen no se les respetan sus derechos.

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