Como si se tratase de un delincuente, policías del Departamento de Investigaciones Criminales de Puerto Plata persiguieron y detuvieron a un comunicador en Santiago. Junto a su esposa y dos hijos fueron tirados al suelo y apuntados con fusiles.
La excusa de las patrullas, que cercaron a Dixon Rojas y no le permitían identificarse, fue que habían confundido su vehículo con el que abordaban los hermanos López Méndez, dos alegados delincuentes que la entidad persigue sin éxito hace meses.
El trabajador de la prensa ve en la acción un atropello y muestra del bajo nivel de investigación que emplea la uniformada.