La ilusión de ser madre llevó a Rosa Ligia, una mujer con condiciones de enanismo a poner en riesgo su vida, todo por conseguir el maravilloso regalo de la maternidad.
Llegamos a su casita de El Pomier en San Cristóbal a media tarde del sábado.
Con una sonrisa inmensa nos recibió, y ahí comenzó el relato.
De pequeña el miedo y el complejo por su condición la hacían esconderse, incluso cuando iba a la escuela, aún así llegó a tercero de la primaria en los años 40.
Entonces pasaron los años y Rosa Ligia se enamoró, desafiando a su madre que se negaba rotundamente a que se fuera de la casa.
Lo que no esperaba Rosa Ligia es que iba a quedar embarazada de inmediato. La felicidad la embargó, pero su madre, médicos y familiares la llenaron de miedo, un miedo que no superó su amor por la criatura que llevaba en el vientre.
Fue así como contra todo pronóstico tuvo un embarazo normal. Nueve meses después parió a su hija Yudelka, una hermosa mujer que la llena de orgullo.
Pero la historia no termina ahí. Rosa Ligia se volvió a embarazar de su segundo hijo, quien murió al nacer y más tarde tuvo Roberto Ernesto, quien hasta el momento vive con ella.
Ser madre ha coronado su vida, una vida de 73 años que ha llevado en medio de carencias y adversidades, pero con la satisfacción de haber logrado contra todo diagnostico el milagro de dar vida.

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