Entre basura, heces fecales, hedor y contaminación que pone en riesgo la dignidad y salud de cualquier ser humano, permanecen durante largo tiempo los presos preventivos en la diminuta cárcel preventiva del Palacio de Justicia de Puerto Plata.
Sin agua ni depósito para la basura, la insalubridad en el espacio y el miedo a que se propague cualquier enfermedad infecto contagiosa, obligó a que varios sectores de esa provincia exigieran a la procuraduría fiscal intervenir y buscar un lugar donde reubicar a los reos, que se quejaron del trato inhumano que reciben y del peligro al que se enfrentan.
La imágenes muestran a un grupo de 90 preventivos literalmente como sardinas, en un espacio donde podrían convivir no más de 20 personas.