Investigadores policiales establecieron que el suspendido teniente coronel Johan Emilio Liriano Sánchez, a quien el Consejo Superior Policial le recomendó su cancelación ante el Poder Ejecutivo, se reunía de manera frecuente en su finca de la comunidad El Porquero, San Cristóbal, con los integrantes de la red de sicarios y narcotraficantes, de la cual formaban parte los asesinados delincuentes Juan Félix Cordero Febles (Copelín) y Edgar Rijo Astacio (Maestrico), así como de otros integrantes de esa desmantelada estructura criminal que se encuentran detenidos. El cabecilla, Salomón Eusebio Rosario, alias (Piki), se encuentra prófugo.
El coronel Liriano también figura con 8 antecedentes penales en una depuración hecha por los Estados Unidos a petición de la jefatura policial, entre ellos el uso de placa falsa, robo agravado, asalto y agresión doméstica a su esposa y porte ilegal de arma de fuego.
En principio se dijo que el coronel Liriano había vendido la finca en la que mataron a Copelin antes de su asesinato, pero ahora sale a relucir un contrato con fecha y firmas adulteradas.
El hombre de confianza del anterior presidente de la DNCD se encuentra bajo el control de la fiscalía de San Cristóbal.