La Procuraduría de Medio Ambiente allanó el local donde la alcaldía de Santiago, desmanteló una surtidora de pollos donde comercializaban carne descompuesta, que era sometida a un proceso de blanqueamiento para cambiar su apariencia.
Por violación a los artículos 126/127-156 de la Ley de Salud 42-01 y los artículos 114/115/ 92y93 de la Ley 64-00 de Medio Ambiente, los responsables del negocio clandestino podrían enfrentar penas de hasta 10 años de cárcel.
Tras haberse incautado de más de 700 libras de carne podrida, en una operación en la que se descubrió una actividad que las autoridades tipifican como criminal, se persigue a Alexis Rolando Acosta Reyes, el presunto propietario de la surtidora.
Se trata de Clorato, un compuesto químico con el que forzaban un cambio de apariencia en la carne dañada.
Las autoridades se incautaron de tres frizers y desbarataron parte del local donde operaban en el sector La Embocada de Rafey abajo
La distribución de la carne, se hacía en Santiago y Dajabón y en su gran mayoría se vendía para moler y rellenar empanadas, de acuerdo a la alcaldía que persigue la cadena de granjas que suplía los pollos muertos a este negocio clandestino que tenía 2 años operando.
Muchos ciudadanos condenan el acto que creen es criminal por cuanto atenta contra la salud.