Lagrimas, abrazos y cánticos de agradecimiento a Dios llenaron la rampa de salida de pasajeros del Aeropuerto Internacional de Las Americas.
La familia completa y amigos de su congregación Raysa Otañez y Rayrub Torres no cesaron de expresar su regocijo.
Desde temprano sus compañeros de la congregación Siervos de Cristo Vivo estuvieron en la Terminal. Cuentan que siempre estuvieron en comunicación y que nunca dudaron que regresarían sanas y salvas.
Cuando los abrazos y las lágrimas se lo permitieron madre e hija agradecieron su regreso. Contaron de cómo el miedo las invadió y del terror de todos por alcanzar un bote salvavidas y de las respuestas de las autoridades para socorrerlas.
Hasta el momento se han recuperado 11 cuerpos y 22 personas están desaparecidas desaparecidos tras el naufragio el sábado del crucero Costa Concordia ocurrido el viernes frente a la isla italiana de Giglio.