Las historias de madres cuyas hijas han sido víctimas de feminicidios van más allá del dolor que aún permanece.
Son abuelas, que han vuelto a ser madres, con un presupuesto familiar bastante achicado, para cubrir necesidades humanas y faltándole la ayuda gubernamental más allá de la psicológica.
Cada episodio de dolor, dejado por la muerte de una mujer víctima de su pareja, es una experiencia muy particular de cada familia que no olvidará nunca.
Jomina Matos, es una abuela, que está criando cinco niños, que dejó su hija, que murió víctima del mal social de los feminicidios, dispone de 5 mil pesos al mes para cubrir educación, alimentación, salud y vestimentas de los menores.
Otras historias, no son muy diferentes a la de la señora Matos. Que dejan herencia de pobreza.
El Ministerio de la Mujer, acogió y distribuyó juguetes a muchos niños víctimas de feminicidios en ocasión del Día de Los Santos Reyes, recibieron bicicletas, muñecas, carritos, juegos de cocina y otros.
Janet Camilo, dijo que el inicio de año ha reportado a tres mujeres víctimas de feminicidios.

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