En un ambiente predominado por la violencia representantes de diferentes organizaciones sociales formaron a la fuerza una cadena humana frente a las instalaciones de la Oficina de Supervisores de Obras del Estado y las inmediaciones del Palacio Nacional, en demanda del cierre de la institución y el cese a los actos de corrupción.
Bajo un estridente sol los manifestantes exigieron la clausura de la OISOE al entender que es un nicho de ladrones que debe ser cerrado, ya que están utilizando los recursos del Estado para enriquecer a los más corruptos.
Un fuerte forcejeo se produjo cuando agentes policiales trataron de impedir la entrada del resto del grupo al punto de encuentro, produciendo que dos personas resultarán afectadas. La autoridad policíaca estaba dispuesta a permitir la el paso siempre y cuando no fuera frente a la OISOE.
Conforme pasaron las horas, más militantes se unieron a la lucha. La policía permitió el acceso completo de todas las personas justo en el momento en que el presidente de la república arribó a en la casa presidencial.