A nueve días de caer abatida, la más reciente víctima de la criminalidad en las calles de Baitoa en Santiago, los moradores de más de 10 localidades marcharon hacia el cuartel policial que debería ofrecerles protección, exigiendo drasticidad contra los delincuentes.
Iban con las manos atadas, antes de alzar plegarias, caminaron en silencio. Era la señal de indignación de los residentes en Los Ciruelos, La Jagua, Palo Amarillo, Doña Águeda y Los Picos, a donde la delincuencia ha llevado luto.
Es que hace apenas nueve días que cayó abatido por delincuentes que andaron a sus anchas en Baitoa, Rafael Alexander Acosta de 35 años, quien acudió al cuartel a pedir auxilio, tras ocurrir un atraco. No había personal suficiente en el cuartel, y Alexander más tarde cayó abatido.
La joven que fue asaltada, pudo haber sido la víctima mortal, pero entregó su motor cuando fue encañonada por la pareja de asaltantes, que la integraba una mujer y un hombre.
Los comunitarios aseguran que la Policía no vela más que por la seguridad de la cementera Cibao, que está al frente del destacamento, el que reclaman sea ubicado en el centro de las localidades a las que debe proteger.