Mientras las guaguas que fueron importadas para las rutas alimentadoras del Metro se deterioran, estacionadas bajo agua, sol y sereno, en la Base Naval, las OMSAS se quedan casi a diario en las calles.
Se desconoce cuál será la suerte de los vehículos nuevos que no han sido utilizados porque aún no funcionan las rutas.
En la otra cara de la moneda, la OMSA da un mal espectáculo en las calles, al quedarse varadas con frecuencia, lo que ocasiona la queja de empleados y usuarios del transporte público.