Treinta y ocho niños con discapacidad severa, algunos abandonados por sus padres y otros en hospitales, requieren de la solidaridad de buenas manos dominicanas para hacer más alegre y bonita su existencia.
Nunca es fácil hacerse cargo de niños con varias capacidades severas, se necesita una enorme cantidad de tiempo, paciencia y cariño.
En la Fundación Manos Fraternas, abunda en masa, el buen trato, la entrega y el amor por estos niños. Pero hacen falta recursos económicos.
Más que una fundación, el ambiente permite un trato de familia, donde cada día, la determinación del personal se destaca por su entrega total.
La fundación llevó diversión al centro Hogar Casa de Luz, ubicada en el sector la Ureña Kilómetro 18, marginal de la Autopista Las Américas.
Los niños con condiciones especiales parecían disfrutar de la jocosidad de payasos y animadores que transmitan alegría y energía.